

MIRA, PODRÍA OCURRIR ALGO - Alain Baczynsky
Como es tanto un hombre de imágenes como de palabras, al final de cada sesión siente la necesidad de hacerse una foto en el fotomatón más cercano. Una vez descorrido el telón, Baczynsky escenifica ante el objetivo lo que se dijo -o no se dijo- durante la sesión. En los estrechos límites de la cabina se desarrolla un mimodrama íntimo. Baczynsky se inclina hacia atrás, se golpea y se contorsiona. Reinventa el lenguaje de signos. Una vez entregada la prueba, se apresura a garabatear algunos comentarios en el reverso: "l'autoportrait de rien", "45 minutes de sanglots", "maman, ce gros mot".
A lo largo de treinta meses, de febrero de 1979 a julio de 1981, Baczynsky realizó 242 autorretratos automáticos. Esta extraordinaria colección de "cabezas expresivas", que ahora se encuentra en el Musée national d'art moderne-Centre Pompidou, se desvela aquí. Eche un vistazo, puede que algo esté a punto de ocurrir...
Una introducción de Clément Chéroux descifra el gesto del artista y lo sitúa en el contexto de medio siglo de historia del fotomatón, un medio por derecho propio. El libro se completa con un ensayo del psicoanalista Horacio Amigorena.
Publicado por Textuel, 2012
15,4 cm x 20,5 cm, 224 páginas, nuevo
ISN 978-2-84597-436-4
Como es tanto un hombre de imágenes como de palabras, al final de cada sesión siente la necesidad de hacerse una foto en el fotomatón más cercano. Una vez descorrido el telón, Baczynsky escenifica ante el objetivo lo que se dijo -o no se dijo- durante la sesión. En los estrechos límites de la cabina se desarrolla un mimodrama íntimo. Baczynsky se inclina hacia atrás, se golpea y se contorsiona. Reinventa el lenguaje de signos. Una vez entregada la prueba, se apresura a garabatear algunos comentarios en el reverso: "l'autoportrait de rien", "45 minutes de sanglots", "maman, ce gros mot".
A lo largo de treinta meses, de febrero de 1979 a julio de 1981, Baczynsky realizó 242 autorretratos automáticos. Esta extraordinaria colección de "cabezas expresivas", que ahora se encuentra en el Musée national d'art moderne-Centre Pompidou, se desvela aquí. Eche un vistazo, puede que algo esté a punto de ocurrir...
Una introducción de Clément Chéroux descifra el gesto del artista y lo sitúa en el contexto de medio siglo de historia del fotomatón, un medio por derecho propio. El libro se completa con un ensayo del psicoanalista Horacio Amigorena.
Publicado por Textuel, 2012
15,4 cm x 20,5 cm, 224 páginas, nuevo
ISN 978-2-84597-436-4
Como es tanto un hombre de imágenes como de palabras, al final de cada sesión siente la necesidad de hacerse una foto en el fotomatón más cercano. Una vez descorrido el telón, Baczynsky escenifica ante el objetivo lo que se dijo -o no se dijo- durante la sesión. En los estrechos límites de la cabina se desarrolla un mimodrama íntimo. Baczynsky se inclina hacia atrás, se golpea y se contorsiona. Reinventa el lenguaje de signos. Una vez entregada la prueba, se apresura a garabatear algunos comentarios en el reverso: "l'autoportrait de rien", "45 minutes de sanglots", "maman, ce gros mot".
A lo largo de treinta meses, de febrero de 1979 a julio de 1981, Baczynsky realizó 242 autorretratos automáticos. Esta extraordinaria colección de "cabezas expresivas", que ahora se encuentra en el Musée national d'art moderne-Centre Pompidou, se desvela aquí. Eche un vistazo, puede que algo esté a punto de ocurrir...
Una introducción de Clément Chéroux descifra el gesto del artista y lo sitúa en el contexto de medio siglo de historia del fotomatón, un medio por derecho propio. El libro se completa con un ensayo del psicoanalista Horacio Amigorena.
Publicado por Textuel, 2012
15,4 cm x 20,5 cm, 224 páginas, nuevo
ISN 978-2-84597-436-4