En resonancia con los Juegos Olímpicos de París 2024, Letizia Le Fur celebra los "pequeños juegos" de la vida cotidiana, esos momentos fugaces que revelan la vibrante energía de la ciudad. Inspirándose en el filósofo Mathieu Triclot, que afirma que "jugar es hacerse humano", explora cómo estos momentos conforman nuestra relación con el espacio urbano. Después de pasar seis meses en París y sus suburbios, comentó: "Los adultos juegan menos de lo que pensaba, pero he descubierto a unos cuantos jugadores empedernidos". Para su proyecto, optó por un formato cuadrado, evocando los juegos que han sobrevivido a la llegada de la tecnología digital: tableros de juego, rayuela, fichas de Scrabble... París, habitualmente una ciudad museo, pasa a un segundo plano para convertirse en un humilde escaparate de nuestra conexión íntima y lúdica con la tierra.









